¿Te gusta el automovilismo? Hace cien años se plantó la semilla de aquello que más tarde se convertiría en la marca Ferrari, su protagonista es, Enzo Ferrari quien desde muy pequeño sintió la llamada de la velocidad: a los 10 años su padre Alfredo lo llevó a ver una carrera de coches cerca de su ciudad natal, Módena; desde ese momento el joven Enzo quedó fascinado por el mundo del automovilismo y, en particular, por la competición.
La primera actuación de Enzo Ferrari fue con Alfa Romeo en la Targa Florio de 1920, cuando, después de un pequeño periodo de competición con la marca Isotta Fraschini, el joven Enzo debutó con Alfa Romeo con un contrato escrito.
En 1923, tras vencer la primera edición del Circuito del Savio, se produjo un encuentro decisivo en la vida de Ferrari. Allí conoció al conde Enrico Baracca y a su mujer, la condesa Paolina Biancoli; su hijo, el aviador Francesco Baracca, había sido un as de la aviación militar italiana durante la Gran Guerra, con 34 aviones derribados, antes de ser abatido en combate. La condesa le sugirió a Ferrari que usara en sus carreras el blasón de la familia Baracca, un caballo encabritado, que el propio Francesco Baracca había lucido en su aeroplano, afirmando que le traería suerte puesto que representaba la tenacidad, la resistencia y la velocidad.
Enzo Ferrari le tomó la palabra y desde entonces la imagen del cavallino rampante se convirtió en su amuleto personal. Y realmente le funcionó: en 1929 Alfa Romeo le confió la creación de una escudería dedicada enteramente a la competición, en la que él mismo corrió hasta el nacimiento de su hijo Dino en 1932. Aunque ligada a Alfa Romeo, esta fue la semilla de la escudería Ferrari; no solo participaba en las carreras, sino que se encargaba también del diseño y la gestión de los coches de competición.
En 1939 decidió dejar Alfa Romeo para crear una empresa propia, la Auto Avio Costruzioni, predecesora de la casa Ferrari: debido a una cláusula de su contrato, no podía usar su propio apellido como marca hasta 1944. Finalizado este periodo, en 1947 refundó su empresa y escudería con el nombre de Ferrari.
El acontecimiento histórico se produjo el 14 de julio de 1951 en el GP de Silverstone, Inglaterra, cuando las ruedas del Ferrari de Froilán González cruzaron la meta antes que las del Alfa Romeo. Una victoria que ningún ferrarista ha olvidado y que marcó el comienzo de una nueva era para la Casa de Maranello. Alfa Romeo había sido derrotada para siempre. “Me siento como si hubiese matado a mi propia madre”, confesó Enzo más tarde. Acababa de nacer la leyenda de Ferrari.